Dedicado a ʿAbd al-Qādir al-Jīlānī y Bediüzzaman Said Nursi; un servicio de conocimiento más allá de los idiomas y las fronteras, preparado para los corazones en busca de la verdad.
Nuestro estimado hermano/hermana,
En el sufismo, representa una disciplina de formación. Así como no se puede ser sabio sin leer ni viajero sin viajar, tampoco se puede avanzar en el sufismo sin lucha y contemplación. El discipulado es un viaje y una búsqueda en el conocimiento. Después de ocho años de educación primaria, tres años de secundaria y cuatro años de universidad, el estudiante se especializa en un campo determinado. Esta formación de quince años le proporciona un nivel considerable.
Al igual que él, un discípulo que recorre un camino de ascetismo científico, intelectual y matemático en la vía sufí, con el tiempo puede convertirse en un guía espiritual. Este camino de ascetismo varía de persona a persona. Algunos alcanzan la verdad en cuarenta días, otros en cuarenta años… Alguien que quiere dar forma al hierro que tiene en sus manos, si intenta ablandarlo con un fuego suave, quizás tenga que esperar años. Pero otro, al arrojar ese hierro a un horno de seis mil grados, podrá darle forma inmediatamente.
El desarrollo de la razón y del corazón es muy importante. Si ambos se ayudan mutuamente, alcanzarán la verdad rápidamente. Pero si solo se avanza en uno de ellos, no podrán desplegar fácilmente sus alas hacia el cielo de la verdad.
Nuestro Profeta alcanzó los más altos grados del viaje espiritual. La realidad de su Mi’raj consiste en el viaje espiritual a través de los grados de perfección. El viaje espiritual de todos los santos consiste en avanzar a la sombra del Mi’raj del Mensajero de Dios y en esforzarse por alcanzar, en cierta medida, los nombres divinos que Él manifestó.
Saludos y oraciones…
El Islam a través de preguntas.