Nuestro estimado hermano/hermana,
Es un refrán muy conocido.
“A falta de pan, buenas son tortas.”
Se dice. A veces, creo que nosotros también somos así. En nuestras dificultades, en las que no encontramos solución ni diagnóstico, buscamos remedio en la magia, en lo sobrenatural; y emitimos juicio inmediatamente.
— Nos hicieron brujería, arruinaron nuestro sustento y nos quitaron la paz. O nos cerraron el camino y nos impidieron prosperar.
– Entonces, ¿cuál es la solución?
– ¡La solución es ir a brujos, hechiceros, adivinos!
¡Alabado sea Dios! Hay docenas de deshacedores de hechizos y solucionadores de magia. Con tal de que tú hables de dinero…
Me parece que, si se acaba el dinero, no quedará ni un mago ni un hechicero en todo el lugar…
En realidad, yo sí creo en la existencia de la magia. Sin embargo, pienso que es una rama del conocimiento que quedó en el pasado, y que el conocimiento sobre cómo se hacía y cómo se deshacía no ha llegado hasta nuestros días. Por eso no creo en quienes dicen hacer o deshacer hechizos por aquí y por allá.
No creo en lo siguiente:
Si existiera el arte de hacer o deshacer hechizos, estaría en los libros. Si estuviera en los libros, no solo lo conocerían personas desconocidas, sino que todos los que leen libros tendrían ese conocimiento. Lo que se observa es que quienes leen libros no poseen ese conocimiento preciso sobre cómo hacer o deshacer hechizos.
Todo lo contrario, entre quienes no leen libros, este conocimiento arcano se multiplica, y los clientes hacen fila.
En mi opinión, cuando los miembros de una familia se quejan de la actitud del marido o de la esposa, se equivocan al atribuir el problema a la brujería o a la magia.
La magia y el hechizo residen en quienes los practican.
Si se decidieran a corregir por voluntad propia aquello que consideran un inconveniente, no habría necesidad ni de magia ni de magos. Pero el ego no está dispuesto a esa autocrítica. Ni siquiera permite pensar en sus propios defectos y errores. Les muestra el camino más fácil.
– Han hecho brujería, han practicado magia.
A partir de entonces, las búsquedas de amuletos en la cama y los hallazgos de trapos en la puerta se volverán habituales; los miedos, las obsesiones y las sospechas hacia los vecinos inocentes se apoderarán de la situación. A ver si puedes salir de esta.
No, no acusen en vano a sus vecinos, familiares y amigos. No hay brujería, solo sus propias negligencias y errores.
Un señor que afirma que su esposa abandonó el hogar debido a un hechizo:
– Por favor, rompe el hechizo, deshaz la magia, solo tú puedes hacerlo.
insistió. Y yo le dije:
– La mujer a la que le hicieron brujería inventa una excusa para irse de casa, se va con esa excusa, ¿qué excusa inventó la tuya, dímelo?…
No quería decirlo; pero, ante mi insistencia, terminó confesándolo:
– Dicen que cuando salgo del trabajo por las tardes, en lugar de irme directamente a casa, me paso por la taberna y me tomo un par de copas.
Ya estaba esperando esta confesión. Inmediatamente mostré la solución.
– De acuerdo,
Aquí se explica tanto el hechizo como quien lo realiza. Tú mismo haces el hechizo yendo a la taberna. El hechizo es la bebida que allí consumes. Si quieres deshacerlo, vuelve a casa directamente del trabajo por las noches, sin pasar por la taberna. Verás que el hechizo se rompe inmediatamente y la magia se disuelve al instante.
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