– Cuando estoy solo en casa, el diablo me tienta; ¿cómo puedo librarme de él?
– Mientras rezo, me vienen muchas cosas a la mente; como lo que hice ese día… ¿Cómo puedo rezar con recogimiento?
Nuestro estimado hermano/hermana,
En términos de
obsesión;
las dudas o las posibilidades infundadas que el diablo siembra en el corazón del hombre
significa.
Obsesión,
La palabra susurro, en su significado literal, se refiere a un sonido oculto, un murmullo, un susurro. En este sentido, se refiere a una palabra secreta que se repite y se reitera en el corazón.
“obsesión”
y también para inspirar tal palabra a un alma.
“suscitar dudas” o “infundir sospechas”
se dice.
Por lo tanto, la insinuación del diablo carece de verdad. En el Corán,
“La astucia del diablo es muy débil.”
El versículo destaca la debilidad de las artimañas y trampas del diablo, y su insignificancia en términos de poder. Esto se expresa en el versículo de la siguiente manera:
“Los creyentes combaten por la causa de Dios, mientras que los incrédulos combaten por la causa del demonio. ¡Así pues, oh creyentes!, combatid contra los aliados del demonio. ¡Ciertamente, la estratagema del demonio es débil!”
(Nisa, 4:76)
Muchos versículos como este enseñan que el diablo no tiene poder sobre los humanos, y que sus susurros son tan débiles como una telaraña.
Podemos enumerar las diez soluciones prácticas para deshacerse de la obsesión de la siguiente manera:
1. La duda proviene de una fe fuerte…
En primer lugar, quien sufre de susurros del diablo debe saber que esto es algo propio de los creyentes; pues el diablo utiliza el arma de la insinuación para destruir los corazones que tienen fe, e incluso hay un aspecto positivo en ello, pues nuestro Señor (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo:
“La duda es una prueba de la fortaleza de la fe.”
ha dado la orden.
Un compañero del Profeta.
“¡Oh, Mensajero de Dios, estoy sufriendo de obsesiones!”
y al acercarse al Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones sean con él), recibió la siguiente respuesta:
“No hay nada de qué preocuparse; eso es pura fe, es la fuerza de la fe.”
Es sabido que
“A casa vacía, ni los ladrones entran.”
Es famosa la frase; al respecto, el Imam Nawawi dice lo siguiente:
“¿Acaso un ladrón entra en una casa vacía y en ruinas? ¿A dónde entra un ladrón para robar? Entra en grandes almacenes, en casas prósperas.”
El creyente posee tesoros invaluables; entre ellos, la fe, y muchas otras formas de adoración y buenas acciones, como la oración, el servicio a la fe y al Corán, el conocimiento y la sinceridad. Por supuesto, el ladrón llamado Satanás, cuya principal prioridad es robar estos preciosos tesoros y dañar al creyente, no dudará en atacarlo con susurros, ilusiones y conjeturas falsas.
Como el diablo no tentará a una persona que ya está pecando para que abandone su pecado, ciertamente se ensañará con quien reza; atacará con tentaciones para debilitar la fe, que es el fuerte motivo que impulsa a realizar la oración y otras formas de adoración.
En conclusión, podemos decir que el saber que las dudas y las tentaciones nos asaltan porque estamos en el camino de la fe y la rectitud, nos impide sentir terror y miedo, y en cambio, fortalece nuestra fe, llevándonos a abrazar nuestras prácticas religiosas con mayor amor y fervor.
2. Las dudas no pertenecen a nuestro corazón…
El corazón de un creyente, sin duda, se siente perturbado por las insinuaciones; de esto se deduce que las insinuaciones no pertenecen al corazón. Si las insinuaciones pertenecieran al corazón, éste no sentiría molestia ni inquietud por ellas.
Así como una persona que come algo dañino o venenoso siente la necesidad inmediata de escupirlo, y si lo traga, su estómago lo rechaza, y si se extiende por su cuerpo, aparecen diversas molestias y enfermedades como el envenenamiento; de la misma manera, la persona que sufre de susurros se siente incómoda, se entristece, se preocupa por su fe y su corazón comienza a temblar. Todas estas reacciones son evidencia de que los susurros no provienen de sí misma.
Las dudas de esta naturaleza son inofensivas; si no las consideramos como propias de nuestro corazón, no somos responsables de ellas, así que nos tranquilizamos y no les damos importancia. El diablo, por supuesto, hará lo suyo; si no caemos en su juego y no consideramos las dudas como algo que proviene de nuestro corazón, no nos causarán ningún daño. ¿Cuándo…?
“¡Ay, mi corazón está roto!”
Si nos dejamos llevar por la ilusión y nos convertimos en juguetes de la obsesión, entonces se abre la puerta del daño, porque quien la conoce desde su corazón…
“Qué persona tan terrible soy, ¿cómo voy a encontrar la paz con este corazón roto?”
diciendo esto, puede abandonar la oración. Eso es precisamente lo que el diablo quiere.
En resumen, puesto que la duda no pertenece a nuestro corazón, sino que es propiedad del diablo, entonces no hay por qué preocuparse, nunca causa daño.
3. El corazón del creyente es como un jardín del paraíso…
El corazón del creyente es como un jardín paradisíaco lleno de flores maravillosas;
fe, adoración, sinceridad, piedad
Son las flores más preciadas de ese jardín. ¿Sería sensato abandonar las necesidades de ese jardín, dejar que se seque y se pudra, solo porque alguien encuentra defectos en esas flores y las critica?
La tentación del diablo consiste en criticar y menospreciar la fe y la adoración del creyente, alegando que los resultados de estas prácticas son vanos, y
“Tú no eres el tipo de persona que va al cielo.”
Podrían ser expresiones delirantes como esas; su propósito es alejar a la persona de la fe y la adoración; es innecesario prestar atención a esas habladurías satánicas que no son más que calumnias y dejarse llevar por la ansiedad.
La fe es tan majestuosa como el Monte Ararat, tan valiosa como la Kaaba; no se debe ceder a las artimañas del diablo que intenta hacerla parecer pequeña e insignificante como una piedrecita; convertir nuestro corazón, manantial de flores preciosas con aroma a paraíso, en un manantial de espinas y serpientes con los soplos del diablo, es hacerle el juego al diablo.
4. La obsesión no es una realidad, sino una fantasía…
Si alguien mata a otro en su imaginación, no se le considera asesino; del mismo modo, el que come en sueños no se sacia. Las obsesiones son similares a estos ejemplos; tratarlas como si fueran reales nos causa daño espiritual.
La tentación, que suele llegar como un invitado no deseado, es inofensiva mientras el corazón no la acepte y no se actúe en consecuencia, es decir, mientras permanezca en el ámbito de la imaginación. Para que una idea imaginaria se manifieste en la realidad, intervienen la voluntad y la conciencia, y solo entonces surge la responsabilidad. Las imágenes diabólicas que se proyectan en el cine de la imaginación sin la intervención de la voluntad humana, las palabras falsas que provienen del diablo, son inofensivas, siempre y cuando el individuo no se involucre y no las lleve a la práctica.
5. Las dudas no impiden el desarrollo de la fe y la adoración…
Aunque la tentación del diablo pueda parecer una montaña insuperable para el hombre tentado, en realidad es algo tan inconsistente y frágil como una telaraña; nuestro Señor Altísimo…
“…Ciertamente, la estratagema del diablo es débil.”
(Nisa, 4:76)
así lo decreta.
Nadie se desespera ni se angustia por encontrar una telaraña en su camino, ni se da por vencido pensando que no llegará a su destino, ni magnifica la telaraña hasta el punto de retroceder. El diablo, con sus susurros, solo embellece los pecados, mientras que presenta las buenas acciones como dificultades insuperables; pero no tiene el poder de encadenar a una persona para arrastrarla por caminos prohibidos, ni la fuerza de amenazarla con un arma para que abandone la adoración. En resumen, su poder es muy débil; si no magnificamos sus susurros y no nos dejamos llevar por el terror, es decir, si no le echamos agua a su molino, será como un viento pasajero e ineficaz, y nunca impedirá que nuestra fe y nuestra adoración alcancen la perfección.
6. Quien no le da importancia a las dudas obsesivas no sufre daño…
El remedio más importante para la enfermedad de las obsesiones es no darles importancia; en este sentido, las obsesiones se parecen a las calamidades. Cuanto más se les da importancia, más crecen; si no se les presta atención, se desvanecen; si se las considera con gran importancia, aumentan; si se las menosprecia, disminuyen.
El susurro, por su naturaleza, es una huella débil y pasajera, una imagen y un ligero reflejo que se desvanece en el espejo de la imaginación. Si lo que llega a la mente y a la imaginación proviene del bien, ilumina en cierta medida la razón y el pensamiento; pero si es un susurro maligno, entonces no afecta a la razón, al pensamiento ni al corazón, no deja mancha ni causa daño. Así como la imagen de una serpiente reflejada en un espejo que sostenemos no nos hace daño, o como cuando acercamos el espejo a algo sucio, la imagen aparece en el espejo pero el espejo no se ensucia, así también el susurro no puede dañar ni contaminar el corazón. Así como la imagen del fuego no quema, el susurro es igual.
7. El daño de la obsesión es considerarla dañina…
Quien considera la obsesión como dañina, se perjudica a sí mismo con la ansiedad que esta provoca.
“¡Ay, qué desastre!”
cae en la trampa del diablo, quien dice: La verdad que hemos recalcado y repetido una y otra vez es;
que la obsesión sea inofensiva
y
que su origen no es nuestro corazón, sino el demonio.
Si es inofensivo, temerle es absurdo, y si no pertenece a nuestro corazón, entonces no somos responsables de él, no vale la pena preocuparse.
Una colmena contiene cientos de abejas, pero se puede pasar por delante sin prestarles atención; sin embargo, meterse con ellas, remover la colmena, puede tener consecuencias peligrosas. Lo que hay que hacer con la obsesión es no ocuparse de ella, evitar removerla como si se estuviera removiendo una colmena, no darle vueltas en la cabeza, no permitir que se convierta en una especie de pozo sin fondo. Para ello, lo más acertado es considerarla inofensiva y mostrar indiferencia; de lo contrario, existe el riesgo de perderse en callejones sin salida.
8. Las personas nerviosas y sensibles deben tener cuidado…
En personas sensibles y nerviosas, si se les permite dar rienda suelta a las obsesiones, si se les deja ocuparse de ellas, el temor a que les causen daño puede llevarles a la ansiedad y a la imaginación desbocada, luego a magnificarlo mental y emocionalmente, a hacerlo suyo, a convertirlo con el tiempo en un hábito, casi en una habilidad, hasta llegar a identificarse con la obsesión, lo que puede conducir a consecuencias terribles, como caer en el torbellino de una enfermedad dañina. En este caso, cuando en la oración se reflejan imágenes y pensamientos contrarios al espíritu de la misma, la solución puede ser huir de la tranquilidad, y ante las feas insinuaciones del diablo sobre Dios y las cosas sagradas, incluso llegar a pensar que se ha alejado de la fe, abismos que pueden tender una emboscada a su vida.
El método más importante que emplea el diablo es excitar la imaginación de la persona, dando apariencia de realidad a algo que no existe, creando una tormenta en un vaso de agua, por así decirlo, haciendo que parezca una gran amenaza. Intenta destruir sus vidas, haciendo que una dificultad con una probabilidad de uno por ciento parezca una certeza absoluta, y así enciende la llama de la ansiedad en las almas sensibles y nerviosas.
Así como un hombre taimado, para poner en peligro a un hombre en el tejado, le muestra algo que parece dañino a los ojos de ese miedoso, como una simple cuerda, haciéndola parecer una serpiente, excitando su imaginación y llevándolo, cubo tras cubo, hasta el borde del tejado, haciéndolo caer de cabeza y rompiéndole el cuello; de la misma manera, el objetivo del diablo es hacer que se sacrifiquen cosas muy importantes por miedos insignificantes. Una de las maneras importantes de no caer en su juego es no agrandar la obsesión, no caer en el pozo de la paranoia, no inflar algo que vale como una mosca hasta convertirlo en un dragón.
9. Es importante mantenerse alejado del campo de atracción de la obsesión…
En momentos de efervescencia emocional, el ser humano puede ser extremadamente vulnerable; estas situaciones son propicias a las tentaciones. Cuando uno se alegra o se enfada mucho, puede cometer errores; la intensidad de las emociones puede llevar a palabras o acciones equivocadas. Por ejemplo, al obtener un éxito, puede atribuirse el mérito divino a sí mismo con arrogancia y soberbia, o puede herir a alguien por una nimiedad en un momento de ira. La causa de estas reacciones son las tentaciones susurradas por el diablo.
Nuestro Señor (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él)
“Cuando os enfadéis, si estáis de pie, sentaos; si estáis sentados, recostaos; o levantaos y haced la ablución y rezad dos rak’ahs…”
Las recomendaciones del punto (1) son muy importantes. Recitar oraciones en voz alta y leer el Corán también pueden liberar a la persona del influjo del diablo y sus tentaciones.
Cuando nuestro Señor (la paz sea con él) no pudo despertarse por el cansancio tras un viaje y se perdió la oración de la mañana,
“¡Abandonad este lugar inmediatamente; el diablo ha establecido aquí su dominio y reinado!”
(2) Sus palabras son muy significativas en relación con nuestro tema. También es digno de consideración el relato de nuestro Profeta (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) sobre cómo el diablo huye con vehemencia del sonido del adhan (llamada a la oración).
Quien se viste con la armadura de la piedad, realiza sus oraciones con seriedad y esmero, no descuida sus oraciones y súplicas, se ocupa de las verdades de la fe y el Corán, y desarrolla su fe, sin duda está lejos del alcance del diablo y del riesgo de las insinuaciones; quien conoce la naturaleza de las insinuaciones, adquiere el conocimiento necesario sobre el tema de las insinuaciones y no entra en el alcance de las insinuaciones, es decir, se mantiene alejado de los pecados y las cosas prohibidas, con el permiso de Dios, se salva de recibir el golpe de esta calamidad.
10. La obsesión de que mis oraciones no son aceptadas carece de valor.
En algunas personas.
“¿Y si no se cumplen las condiciones para la ablución, o si mi oración no es aceptada?”
Se observan situaciones extremadamente desgastantes y agotadoras, como lavarse repetidamente las partes del cuerpo que se lavan al hacer la ablución, romper la oración una y otra vez e intentar rezar de nuevo, como resultado de las obsesiones que se manifiestan de forma similar. Esta obsesión, que con el tiempo conlleva el riesgo de enfriamiento y hastío hacia los actos de adoración, en realidad no tiene ningún valor.
Porque si las partes del cuerpo que se lavan en la ablución ya han sido lavadas según los requisitos de la misma, no hay necesidad de lavarlas de nuevo; por ejemplo, si una persona, sin darse cuenta, no cumple con uno de los requisitos de la ablución, su ablución es válida porque no sabía que no había cumplido con ese requisito, lo cual es una dispensa para él; sin embargo, si recuerda que no lo lavó, debe realizar la ablución de nuevo. Una persona no es responsable de algo que no sabe, no recuerda u olvida, ya que está fuera de su voluntad. Podemos aplicar este ejemplo a todos los actos de adoración. Cuando surge una duda sobre si faltan recitos en la oración, si no recuerda haber omitido ningún recito, no hay responsabilidad en actuar con la convicción de que su oración está completa.
En resumen, siempre y cuando no se exceda y no domine al individuo, la duda, en realidad, sirve para despertar de la negligencia, para investigar la verdad del asunto y para actuar con seriedad en la adoración; por estas razones, se le ha dado al diablo como un látigo de estímulo, que golpea al hombre; si le hiere demasiado, es necesario quejarse a nuestro Señor, poseedor de infinita sabiduría y misericordia, de nuestro maldito enemigo, y refugiarse en el clima de la misericordia para que nos proteja del mal del diablo.
Notas al pie:
1) Véase Abu Dawud, Adab, 4; Ahmad b. Hanbal, Musnad, V, 152.
2) Véase Muslim, Masājid 309; Abu Dawud, Salat 11; Tirmidhi, Tafsir de la sura 20; Ibn Majah, Salat 10; Muwatta, Salat 25.
3) Véase también: Relacionado con la obsesión, véase Bediüzzaman, Sözler, Segundo apartado del Vigésimo Primer Discurso.
Para más información, haga clic aquí:
– ¿Podría proporcionarme información detallada sobre las dudas, las insinuaciones y las palabras blasfemas que asaltan el corazón?
– Vídeos sobre obsesiones y soluciones para superarlas.
Saludos y oraciones…
El Islam a través de preguntas.
Comentarios
La primera noche en mi tumba
Que Dios te bendiga. Lo he entendido perfectamente. Quiere decir que, sea cual sea la maldad que nos venga a la mente, el Diablo está ahí, a nuestro lado. ¡Muchas gracias! …
Aleyna-Ilayda
Profesor, que Dios le recompense, ha hecho una explicación muy buena. Que Dios no nos aparte de la verdad, si Dios quiere. Saludos y oraciones.
Gül_i_Rana39
Profesor, ¡qué excelente explicación! Ha aclarado todo de manera que no queda ningún punto oscuro. Es un sitio web muy útil, con información en la que confiamos plenamente y de la que podemos beneficiarnos. Que Dios les recompense.
él mismo5
A partir de hoy pondré en práctica lo que he leído. Muchas gracias, que Dios te recompense.
s rumeysa
Lo explicas muy bien, ojalá todos puedan expresar lo que han leído.
Yakupbuyuktas
Profesor, su respuesta es perfectamente clara, ¡gracias!
Soy sufí.
¡Salam aleikum, hermano editor! ¡De verdad que con tu respuesta me has descrito a la perfección! He empezado a hacer exactamente lo que me dijiste. Ya no le doy importancia a las dudas. Que Dios te recompense. Reza por mí, por favor.
Yılhasan
Gracias por el artículo, es bueno y explicativo.
boranucar
Que Dios te bendiga. Para mí fue realmente importante, con leerlo ya me bastó.
UĞUR522
Nuestro Profeta (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dice: “La duda es la esencia misma de la fe”. ¿Podría explicarme con detalle la relación entre la duda y la fe?
necesidad
Amigos, yo también soy como ustedes, pero les digo que, sin importar cuántas tentaciones del diablo lleguen mientras los musulmanes oran, si ustedes perseveran y realizan sus oraciones y demás actos de adoración sin desanimarse, sus oraciones serán más aceptadas. Que Dios nos conceda a todos una muerte paciente y virtuosa.
salliballi
¿Se puede explicar de una manera más bonita?
islam19
Que Dios esté complacido con ustedes. Dios les ha abierto una puerta de recompensa. Que Dios los proteja.
Editor
Como se explica en el punto 1, el ladrón no entra en una casa vacía. Los árboles frutales se mecen. El diablo tampoco se ocupa mucho de quienes no prestan atención a sus oraciones, no cumplen con sus deberes religiosos y no llevan una vida islámica consciente. Más que por la tentación, estas personas, sin darse cuenta, están bajo la influencia del diablo. Se han convertido en viajeros en el camino de una vida que el diablo desea.
Esta clase de obsesiones se observan con mayor frecuencia en los creyentes que se esfuerzan por progresar en su fe, que cuidan su vida religiosa, que cumplen sus deberes religiosos en la medida de lo posible, que intentan liberarse de las garras del diablo y que se esfuerzan por hacer de su corazón un espejo de la luz divina. Porque el diablo envidia a estas personas que se liberan de su influencia y escuchan la inspiración de los ángeles, y no las deja en paz.
El demonio tiende diversas trampas en el camino de este creyente, acecha constantemente, y en cuanto encuentra la oportunidad, apunta al corazón y dispara sus armas, causando heridas. Una vez que ha causado una herida, los microbios de la duda comienzan a proliferar en ella, y a veces se multiplican hasta el extremo. Con el tiempo, la situación llega a tal punto que esta persona comienza a dudar y a tener dudas en todo momento.
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es mucho más frecuente en personas con una personalidad ansiosa, sensible, meticulosa y perfeccionista. A la mayoría de las personas que sufren de TOC, si les preguntamos “¿Es usted una persona sensible?”, obtendremos una respuesta afirmativa. Incluso se suele describir a estas personas como “que se preocupan por todo”.
arquíloco
Perfecto, no me queda nada en la cabeza, ya no me importa lo que me venga a la mente, pero me pregunto cuál es la mejor oración contra la obsesión.
karayel704
Gracias por el artículo, es hermoso y explicativo. Quería preguntar algo: cuando me acuesto por la noche, me asaltan sueños y pensamientos incontrolables que me angustian; creo que son obsesiones.
Editor
Sí, son solo obsesiones.
Haga clic aquí para obtener información detallada sobre el tema:
madrugada
Que Dios los bendiga, ¡qué hermosa explicación! Que Dios nos proteja de ser víctimas de las dudas. Saludos y oraciones.
ugur10
Personalmente, las dudas no me asustan; lo que me asusta es cometer un error contra mi Dios, el Altísimo. De lo contrario, no me preocupo en absoluto por las dudas.
pregunta4564
¡Qué bonita publicación, señor/señora! …
sezer32
Hola profesor, gracias por sus valiosos comentarios.
de Yozgat
¡Oh, Dios mío! Guíanos por el camino recto.
hueso
Que Dios los bendiga. De verdad, estaba muy angustiado por esas dudas.