¿Puede una persona que realiza trabajos duros, extenuantes y pesados no ayunar?

Zor, meşakkatli ve ağır işlerde çalışan kişi oruç tutmayabilir mi?





Detalle de la pregunta

– ¿Qué excusas justifican no ayunar?

Respuesta

Nuestro estimado hermano/hermana,

Proveer el sustento es una obligación. Cumplir con los preceptos religiosos también lo es. Por ello, los documentos internacionales de derechos humanos establecen que la garantía de la libertad religiosa y de conciencia en el trabajo y la vida laboral es un derecho de los trabajadores y un deber de los empleadores. Sin embargo, este derecho, incluso por parte de empleadores musulmanes, a veces no se garantiza plenamente. Incluso si se garantiza, algunos trabajos son, por su naturaleza, pesados y difíciles. Para quienes se enfrentan a estas situaciones, existen ciertas facilidades, especialmente en lo que respecta al ayuno.

En esencia, no es correcto que una persona trabaje o sea obligada a trabajar en trabajos duros y pesados que le impidan realizar sus actos religiosos con normalidad. Colocar a una persona en la disyuntiva entre cumplir con sus obligaciones religiosas y asegurar su sustento no es aceptable desde el punto de vista de los derechos humanos. En tal situación, si la sociedad no puede ofrecerle mejores oportunidades laborales y, por lo tanto, es seguro o muy probable que sufra dificultades económicas si abandona su trabajo, puede abstenerse de ayunar. Quien se vea obligado a trabajar temporalmente en un trabajo pesado y tema que ayunar pueda perjudicar su salud, también puede abstenerse de hacerlo. Si tienen la oportunidad, compensarán el ayuno perdido; de lo contrario, pagarán una expiación en lugar del ayuno.

En el Corán se mencionan la enfermedad, el viaje y la incapacidad para ayunar como excusas que permiten no ayunar (Al-Baqarah 2:184-185).

Si ambos alcanzan un punto crítico que genere preocupación por la muerte o la pérdida de la razón de la persona, entonces se permite romper el ayuno. Se requiere reponer el ayuno día por día en un momento oportuno después del Ramadán.

En días calurosos como estos, si alguien que sirve en los Imarets en nombre del Sultán y organiza los asuntos teme perder su salud o su equilibrio mental, entonces puede romper su ayuno.

En comparación, quienes realizan tareas muy extenuantes y agotadoras, y temen perder la vida o sufrir un desequilibrio mental y espiritual al ayunar en una estación calurosa, también pueden romper su ayuno. (Fethü’l-Kadir – Kemal îbn Hümam; Celal Yıldırım, Kaynaklarıyla İslam Fıkhı, Uysal Kitabevi: 2/234)

Sabemos que el Corán y los hadices señalan con frecuencia que la religión no impone ninguna obligación que resulte difícil para las personas, y que en caso de dificultades o sufrimientos, se otorgan ciertas facilidades y permisos a los obligados. Como parte de este principio general, en algunos casos se permite no ayunar durante el Ramadán, que es obligatorio.

Quien, habiendo hecho la intención de ayunar por la noche, se ve obligado a viajar durante el día, según los hanafíes, es mejor que complete su ayuno; pero si lo rompe, no se requiere expiación. Los shafi’íes y los hanbalíes, basándose en la narración de que el Profeta (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) ayunó hasta llegar a un lugar llamado Kadid durante la conquista de La Meca en el mes de Ramadán, y allí rompió su ayuno, afirman que incluso el ayuno con intención nocturna puede romperse en caso de viaje. Una situación de guerra o un largo conflicto en el frente también constituyen una excusa. En estos casos, la persona debe actuar según la opción que mejor se adapte a su salud y a sus deberes.

Quien no pueda ayunar por alguna de las razones mencionadas, por respeto al ayuno, a quienes ayunan y al mes de Ramadán, debe evitar en la medida de lo posible manifestarlo.

Respecto a cómo debe actuar quien se ve amenazado en su vida o en un miembro de su cuerpo, algunos eruditos han afirmado que quien, bajo coacción, no rompe el ayuno de Ramadán y es asesinado injustamente, no incurre en pecado; al contrario, obtendría una gran recompensa por demostrar su fidelidad a su religión. Sin embargo, la opinión predominante es que en este caso sería más correcto romper el ayuno. Incluso si la persona amenazada tiene una excusa para romper el ayuno, como un viaje o una enfermedad, si no lo rompe bajo coacción, incurriría en pecado.


Saludos y oraciones…

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