La afirmación de un ateo:
Nuestro estimado hermano/hermana,
Dios ha puesto a prueba a los hombres. A los hombres que ha puesto a prueba, los ha hecho pasar por pruebas.
De esta manera, la gente conocerá mejor a Dios, sabrá qué le desagrada y qué le agrada, y comprenderá que Él también tiene cosas que aprueba y cosas que le enfadan.
Esta es su expresión científica. Es decir, Dios ha permitido que los humanos lo conozcan más íntimamente mostrando algunos reflejos de sus atributos en ellos.
Por ejemplo, pueden aprender fácilmente que Dios también posee atributos similares a los de los humanos.
Asimismo, con el sentimiento de no amar a los asesinos, a los ladrones y a los mentirosos, sabe que Dios tampoco los ama y, por lo tanto, sigue una línea de vida acorde a ello.
Sin embargo, los seres humanos no pueden comprender los atributos absolutos de Dios, que son infinitos e ilimitados. Pero sí pueden comprenderlos a través de sus propios atributos limitados.
Por ejemplo, con su conocimiento y poder limitados, intenta comprender el conocimiento y el poder infinitos de Dios. Se podrían dar muchos ejemplos sobre este tema. Sin embargo, creemos que el tema ha quedado claro.
Por otro lado, con estas medidas que se le dan y se le dicen al ser humano, se concibe la apariencia de un opuesto imaginario, y así se reconocen esos atributos sin opuesto. Por ejemplo, podemos comprender la existencia del atributo de la omnipotencia de Dios a través de nuestra debilidad; la omnisciencia de Dios a través de nuestra ignorancia; la eternidad de Dios a través de nuestra condición perecedera; y la autosuficiencia de Dios a través de nuestra necesidad.
El universo y las criaturas no pueden ser la medida ni el lugar exacto para estos nombres infinitos. Es decir, no podemos medir ni comparar los nombres y atributos de Dios con sus manifestaciones en el universo. Solo podemos tener una idea. Las manifestaciones en todas las criaturas son como una gota de los infinitos nombres de Dios, una sombra débil que ha pasado por muchos velos.
Al reflexionar sobre este tema, no debemos perder de vista, en primer lugar, la existencia de Dios y la existencia del ser humano. Así como el ser humano es posible, también lo son sus atributos. Y, finalmente, no debemos olvidar que, siendo el ser humano una criatura, no puede asemejarse a su Creador, ni sus atributos creados, como su voluntad, su conocimiento y su poder, pueden asemejarse en ningún aspecto al conocimiento, el poder y la voluntad de Dios.
Los atributos que se nos atribuyen son meros indicios de los atributos divinos… Con ellos podemos conocer la existencia de esos atributos necesarios, infinitos y absolutos. Pero no olvidemos que entre estos atributos nuestros, que son como puntos en un mapa, y el poder divino, no puede haber ninguna semejanza. Son solo indicios, nada más.
Saludos y oraciones…
El Islam a través de preguntas.