¿Es fijo el número de libros sagrados? ¿Cuál es la sabiduría detrás del hecho de que la mayoría de los libros sagrados fueron enviados a los Hijos de Israel?






Detalle de la pregunta

1) ¿Es cierto que en el universo solo existen cuatro libros sagrados enviados a los profetas (Torá, Salmos, Evangelio, Corán)? ¿O podría haber otros libros enviados a profetas o pueblos que desconocemos? 2) Tres de los cuatro libros fueron enviados a los Hijos de Israel. ¿Cuáles podrían ser las razones de esto? ¿Por qué no se enviaron libros a otros pueblos o naciones? ¿No hubo necesidad? (Aparte del Corán) ¿Podría responder a estas dos preguntas de manera similar en relación con los llamados “suhuf” (libritos)?

Respuesta

Nuestro estimado hermano/hermana,

Se puede decir que se han revelado numerosos libros, ya que a cada comunidad se le envió un profeta y un amonestador (Nahl, 16/32; Fatır, 35/25), y con ellos se revelaron libros (Baqara, 2/213). Sin embargo, estos no se mencionan individualmente en el Corán. Los que se mencionan son solo las hojas reveladas a Abraham (as) y Moisés (as), la Torá, los Salmos, el Evangelio y el Corán. En un hadiz cuya fiabilidad es discutible, se menciona que se revelaron un total de cien hojas, cincuenta de ellas a Set (as), treinta a Idris (as), diez a Abraham (as) y diez a Moisés (as) [también se dice que diez fueron reveladas a Adán (as)] (de Abu Zar de Ibn Abi’d-Dunya). De los libros, la Torá fue revelada a Moisés (as), los Salmos a David (as), el Evangelio a Jesús (as) y el Corán al Profeta Muhammad (sas).

Casi todos los profetas mencionados y no mencionados en el Corán surgieron y llevaron a cabo sus misiones de predicación en la cuenca del Mediterráneo (Siria, Líbano, Israel, Egipto), Mesopotamia (Irak, Jordania, parte de Irán) y la Península Arábiga, en términos geográficos.

En esencia, la verdadera razón de este asunto es que la voluntad y el designio de Dios Todopoderoso hicieron necesario el envío de los profetas a Oriente. Así como Dios Todopoderoso envió a los profetas para transmitir Sus mandatos, también Él decidió a qué país y a qué persona enviar como profeta. Los siervos no tienen influencia ni participación en esto.

; aunque este asunto tiene muchas razones de ser, las dos primeras que se me ocurren son las siguientes:

En una ocasión, Adán (la paz sea con él), el primer antepasado de la humanidad, se encontró con nuestra madre Eva cerca del Monte Arafat, en las proximidades de la actual Meca. La multiplicación de la raza humana también comenzó en esta zona. Aunque los hijos de Adán (la paz sea con él) se multiplicaron, sus dos hijos que fueron profetas después de él, Set (la paz sea con él) e Idris (la paz sea con él), llevaron a cabo sus misiones de predicación en Meca. A pesar del largo tiempo transcurrido entre Adán (la paz sea con él) y Noé (la paz sea con él), Noé (la paz sea con él) vivió en los alrededores de la actual Kufa y allí realizó su misión de predicación a su comunidad. Salih, Isaac, Job, Elías (la paz sea con ellos) vivieron en Siria y sus alrededores; Zacarías, Juan, David, Salomón y Jesús (la paz sea con ellos) vivieron en Jerusalén. Hud (la paz sea con él) fue enviado a Yemen, y Moisés (la paz sea con él) y José (la paz sea con él) fueron enviados como profetas al pueblo de Egipto.

Otros profetas también vinieron de esta región. De hecho, los profetas fueron enviados a las personas y a las zonas donde la humanidad se encontraba concentrada, porque la humanidad siempre ha vivido en estas regiones. Según lo que hemos aprendido de las historias de los profetas, de las interpretaciones y de las obras relacionadas con la historia del Islam, hasta la época de Jesús (la paz sea con él), la humanidad vivía en las regiones que mencionamos anteriormente. En aquel entonces, la población mundial era de unos pocos cientos de millones. Por lo tanto, no había necesidad de extenderse o dispersarse por todo el mundo. Fue cuando la población mundial se hizo más numerosa que comenzó a establecerse en el interior de Europa y Asia.

Aunque las escrituras sagradas, la Torá, los Salmos y el Evangelio, fueron enviadas a los Hijos de Israel, la mayoría de la gente de otras naciones también las conoce, ya que vivieron en esa región.

1. Mesnevî-i Nuriye, p. 91.

2. Isra, 17/5.


Saludos y oraciones…

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