Nuestro estimado hermano/hermana,
Por lo tanto, cada musulmán será interrogado según la escuela de pensamiento a la que pertenece.
Un mismo agua recibe cinco juicios diferentes según el temperamento de cinco pacientes distintos. Por ejemplo, para uno es medicina según la naturaleza de su enfermedad; médicamente es obligatorio para él. Para otro, debido a su enfermedad, es dañino como un veneno; médicamente está prohibido para él. Para otro causa poco daño; médicamente es desaconsejable para él. Para otro, además de ser inofensivo, también es beneficioso; médicamente es recomendable para él. Para otro, ni es dañino ni beneficioso; médicamente es permisible para él. No se puede decir que los cinco sean correctos según la condición del paciente.
Así como en este ejemplo, las leyes divinas también varían según la situación de quienes siguen diferentes escuelas de pensamiento. Son diferentes, y cada una es válida. Demos un ejemplo:
Por disposición de la sabiduría divina, la mayoría de los que siguen al Imam Shafi’i son cercanos a la vida rural y beduina. Como están atrasados en la vida social, cada uno tiene la costumbre de expresar sus propias necesidades y deseos directamente ante la Divina Presencia. Por eso, recitan la Fatiha individualmente detrás del Imam. Esta norma es justa y correcta.
La mayoría de los que siguen al Imam-i A’zam son personas más cercanas a la vida urbana y a la civilización, que han adoptado la vida social. En su opinión, una comunidad se considera como una sola persona, y un solo hombre habla en nombre de toda la comunidad como su portavoz; ellos mismos son sus confirmadores de corazón. Por esta razón, en la escuela de pensamiento Hanafi, no se recita la Fatiha individualmente detrás del imam. El imam la recita en nombre de la comunidad, y la comunidad la confirma diciendo “amín”. Esta regla también es justa y correcta, al igual que la anterior.
Saludos y oraciones…
El Islam a través de preguntas.