¿Cuál debería ser nuestro método de notificación?






Respuesta

Nuestro estimado hermano/hermana,


La orientación debe adaptarse a la situación de cada persona.

En este sentido, al transmitir el mensaje, no debemos limitarnos a ciertos patrones fijos, sino que nuestra comunicación debe adaptarse a la situación del receptor.


1.


Qué tipo de incredulidad es la incredulidad del interlocutor;

Es necesario determinar si se refiere al todo o a algunos de sus elementos, para que se le dé la importancia debida al asunto en torno al cual se deben realizar las investigaciones. Mientras tanto, no se debe perder el tiempo lidiando con alguien que tenga una obsesión ciega o que sea indiferente.


2.


El nivel cultural del interlocutor.

Es muy importante conocer su horizonte social y hablarle en un lenguaje que pueda entender.

Intentar explicar algo a alguien con un alto nivel cultural, por parte de alguien con menos conocimientos, suele ser recibido con una reacción adversa. Especialmente hoy en día, es imposible hacer entender algo a personas con un ego muy desarrollado, y menos aún si creen saber algo. A estas personas, hay que explicarles lo necesario de manera que sientan que se les habla desde su mismo nivel y sin que perciban que se les está tratando como inferiores, para que el mensaje sea efectivo.


También es muy importante usar un lenguaje que el interlocutor pueda entender.

Hoy en día, las deficiencias del pensamiento han afectado tanto a nuestro idioma, hasta el punto de que resulta casi imposible afirmar que las generaciones que viven dentro de las mismas fronteras nacionales hablan el mismo idioma. Ciertamente, se podría pensar que la prensa escrita y la televisión, como elementos unificadores, podrían hacer algo positivo en cuanto a un solo idioma y un solo estilo. Sin embargo, debido a que diferentes grupos, cautivados por diversas ideologías, tienen sus propios libros, periódicos y revistas, las pobres generaciones no pueden escapar de vivir como facciones cerradas en sí mismas. Terminologías y metodologías diferentes crean abismos insalvables entre las generaciones.

Por lo tanto, es fundamental determinar con precisión el grado de familiaridad que tiene la persona a la que se pretende explicar algo con las palabras y el método de explicación que se utilizarán. De lo contrario, se asemejará a una conversación entre dos extraños que no se conocen, llena de confusión, y no creemos que sea muy útil. Se debe prestar especial atención a que la terminología y el pensamiento que iluminen el propósito y el objetivo sean extraordinariamente claros.


3. Que lo que vamos a contar sea algo ya muy conocido,

Incluso es imprescindible preparar respuestas convincentes a las posibles preguntas que puedan surgir sobre los temas que vamos a presentar.


4.


En la exposición, se debe evitar por completo el uso de la dialéctica y la refutación.

Este método, que enciende el ego en el individuo, es también ineficaz. La difusión y el desarrollo de las luces de la fe en el corazón dependen de una estrecha relación con Aquel que crea esa fe. Sin tener en cuenta Su complacencia y Su vigilancia, incluso si las discusiones pretenciosas y las disputas al estilo de los negligentes logran refutar y silenciar al oponente, no se puede afirmar categóricamente que tengan algún efecto. Mucho menos si se sabe de antemano que se va a abrir un terreno para tal discusión y debate, y se llega allí preparado y con alta tensión… En tales casos, los participantes se sientan más como enemigos que como debatientes, con rencor y se separan con ira. Al levantarse, sus corazones, aún no convencidos, se levantan con la idea de buscar respuestas a lo que se les intentó explicar. El resto ya es conocido… recurrirán a sus amigos, consultarán libros y buscarán por mil caminos las respuestas a lo que intentamos explicarles. Esto, a su vez, los llevará un paso más allá en la incredulidad, lo que provocará una situación contraria a lo que el guía pretendía lograr.


5. En la narración, se debe apelar al corazón del oyente.

Cada frase debe comenzar y terminar con sinceridad y afecto. Cualquier aspereza, rudeza o dureza hacia la persona o sus ideas no solo debilitará el impacto de lo que digamos, sino que también ofenderá al interlocutor.


Guía espiritual,

Es un verdadero apóstol y un hombre de la verdad, que se inclina hacia su paciente como un médico compasivo decidido a curarlo, lo escucha y vive sus sufrimientos espirituales en su conciencia. Si la voz y la palabra se musicalizan en esta comprensión y fluyen hacia el corazón del otro con un dulce murmullo, podemos estar seguros de que lo hemos conquistado.

Incluso debemos prestar atención a las expresiones faciales y los gestos de nuestro interlocutor y reajustarnos constantemente. De esta manera, evitamos repetir cosas que lo aburran o lo cansen.


Aquí, también, nunca debe olvidarse lo siguiente:

Cuando nuestro interlocutor se despida, se llevará consigo la sinceridad que emanaba de nuestros gestos, nuestras miradas sonrientes y la devoción y la fe que fluían de todo nuestro ser, y nunca lo olvidará. Si a esto añadimos el deseo de un segundo encuentro, habremos descrito gran parte de lo que hay que describir.


6. No se deben criticar las ideas erróneas, las declaraciones inexactas o el orgullo del interlocutor de manera hiriente.

Sobre todo, nunca se debe recurrir a cosas que lo humillen delante de los demás. Si el propósito es sembrar algo en su corazón, si es necesario, nuestro honor debe ser pisoteado y nuestro orgullo quebrantado. Además, es absolutamente imposible hacerle aceptar algo tocando su “punto débil”. Por el contrario, cada vez que lo molestemos, lo alejaremos de nosotros y de nuestra idea.


7.


A veces, presentar a un incrédulo de este tipo a amigos con una fe sólida, un corazón iluminado y un comportamiento correcto,

Vale más que mil consejos. Sin embargo, este método no es adecuado para todos los incrédulos. Por lo tanto, el guía debe conocer más o menos a su discípulo y aplicar un método acorde a él.


8.

Por el contrario, nunca se le debe permitir relacionarse con personas frívolas en su comportamiento, inconsistentes en sus pensamientos, y con una débil devoción y paz interior hacia el Ser Supremo. Mucho menos se le debe permitir conocer o entrar en contacto con personas que, aunque se presenten como piadosas y eruditas, carecen de amor por la adoración y tienen pensamientos y sentimientos confusos.


9. Se le debe escuchar de vez en cuando y darle la oportunidad de hablar.

Considerando que también es un ser humano, debe ser venerado y sus ideas deben ser tratadas con tolerancia.

La profundidad de la fe de un individuo lo madura y lo hace virtuoso en la medida en que se centra en sí mismo. En cambio, hacia el exterior y, especialmente, hacia quienes no saben, no sirve para nada más que para generar rechazo y odio.

En realidad,


Escuchar ideas falsas hiere el alma y corrompe los pensamientos puros.


Sin embargo, si soportar este tipo de sufrimiento nos permite ganarnos un corazón, debemos apretar los dientes y ser pacientes.

O si, por el contrario, le negamos el derecho a pensar y a expresarse, y siempre mantenemos el control de la narrativa, aunque la sala se llene hasta rebosar de nuestras palabras, nada penetrará en la mente del oyente. Hay muchos que se han vuelto desagradables en este sentido; como quien intenta sacar agua con un cubo agujereado, a pesar de sus esfuerzos titánicos, no han logrado inculcar una sola lección de rectitud a nadie.



¡Ay de aquellos enfermos de verborrea que carecen de la cortesía de escuchar a los demás!





10. En lo que se cuenta, es útil expresar que quien lo cuenta no está solo, y que muchas personas han pensado de la misma manera desde la antigüedad.

Incluso hoy en día, es necesario destacar que muchos pensadores tienen una fe sólida, a pesar de que haya uno o dos que no crean. Y esto debe explicarse no solo con afirmaciones abstractas, sino con ejemplos concretos.


11. Dentro de este marco, lo primero que queremos expresar es, sin duda, que la “Palabra de la Unidad” debe tener dos pilares.

Sin embargo, si se percibe que ha alcanzado la convicción y la aceptación sincera, ya sea por sus logros previos o por lo que se le ha dado en ese momento, se puede pasar a otros asuntos.

Se debe evitar absolutamente la exposición de temas que puedan ser criticados por los incrédulos, a menos que su fe esté firmemente arraigada.


En conclusión, podemos decir que

Una vez determinada la situación del incrédulo, lo primero que debe explicarse, dentro del marco del método mencionado, son los principios de la fe. Tras lograr que el corazón se sienta satisfecho con ellos, surge la oportunidad y la posibilidad de explicar otros asuntos. Por el contrario, como ocurre en la actualidad,

“Carne para el caballo, hierba para el perro”

Habrá presentaciones erróneas, como la de un camarero que no sabe servir o que sirve los postres al principio de la comida, y aunque nos guste mucho esa presentación, tendrá un gran impacto negativo en la otra parte.

Para más información, haga clic aquí:

¿Cuál debe ser nuestro estilo al transmitir el mensaje? ¿Cómo debo predicar a las personas que menosprecian los valores islámicos?


Saludos y oraciones…

El Islam a través de preguntas.

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