¿Cómo nos liberamos de las obsesiones que nos causan miedo?

– Sé que todo viene de Dios, pero no puedo deshacerme del miedo a que algo malo nos suceda.

– ¿Qué debo hacer? ¿Hay alguna oración especial?

Nuestro estimado hermano/hermana,

“Lo que uno piensa, eso le sucede.”

No existe tal cosa.

No se puede actuar basándose en un sueño.

El miedo es un instinto que nos permite preservar nuestra vida. El miedo excesivo la hace insoportable.

“El sentimiento más importante y fundamental en el ser humano es el miedo. Los tiranos astutos se aprovechan mucho de este sentimiento; con él, someten a los cobardes. Los espías del mundo y los propagandistas de la perdición se aprovechan mucho de este sentimiento en la gente común y, especialmente, en los eruditos; los asustan, excitan sus miedos.”

“Por ejemplo, así como un hombre astuto, para poner en peligro a un hombre en el tejado, le muestra algo que parece dañino a los ojos de ese miedoso, excita su imaginación y lo lleva, paso a paso, hasta el borde del tejado, donde cae de cabeza y se rompe el cuello. De la misma manera, hacen que se sacrifiquen cosas muy importantes por miedos muy insignificantes. Incluso, por miedo a que una mosca me pique, entro en la boca de una serpiente.”

“Érase una vez que un personaje importante —que Dios lo tenga en su gloria— le tenía miedo a subirse a una barca. Una tarde, llegamos con él desde Estambul hasta el Puente. Era necesario subir a una barca. No había coches. Estábamos obligados a ir a Sultan Eyüb. Insistí.”

Dijo:

“Tengo miedo; quizás nos hundamos.”

Le pregunté: “¿Cuántas barcas crees que hay en este estuario?”

Dijo:

“Quizás haya mil.”

Le pregunté: “¿Cuántos barcos se hunden al año?”

Dijo:

“Uno o dos. Algunos años no se hunde ninguno.”

Le pregunté: “¿Cuántos días tiene el año?”

Dijo:

“Trescientos sesenta días.”

Le dije: “La posibilidad de naufragar, que te preocupa y te causa temor, es solo una entre trescientas sesenta mil posibilidades. Quien teme a tal posibilidad, no puede ser ni siquiera un animal, mucho menos un ser humano.”

Entonces le pregunté: “¿Cuántos años crees que vas a vivir?”.

Dijo:

“Soy viejo. Quizás me queden diez años de vida.”

Dije: “Como la muerte es un misterio, existe la posibilidad de morir cada día. Por lo tanto, en tres mil seiscientos días, la muerte es probable cada día. Así que, como un barco, no es una probabilidad entre trescientas mil, sino quizás una probabilidad entre tres mil de que la muerte sea probable hoy. Tiembla y llora, haz tu testamento”, dije.

Cuando recobró el conocimiento, la subí temblando a la barca. Dentro de la barca le dije:

“Dios Todopoderoso ha dado el temor como un instinto de conservación de la vida, no para destruirla. Y no lo ha dado para hacer la vida pesada, difícil, dolorosa y llena de sufrimiento. Un temor prudente puede ser legítimo si se basa en dos, tres o cuatro posibilidades, incluso cinco o seis. Pero temer con una probabilidad de uno entre veinte, treinta o cuarenta es una ilusión, que convierte la vida en un tormento.”




(Said Nursi, Cartas, Carta Vigésima Novena)

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Saludos y oraciones…

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